50 inventos y la mente que los parió by Guillermo Summers & Guillermo Summers G

50 inventos y la mente que los parió by Guillermo Summers & Guillermo Summers G

autor:Guillermo Summers & Guillermo Summers G. [Summers, Guillermo & Summers G., Guillermo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Ensayo, Historia, Humor
editor: ePubLibre
publicado: 2011-03-14T16:00:00+00:00


EL HULA HOOP

Es posible, querido lector, que en alguna ocasión a lo largo de su vida haya tenido la oportunidad de mostrar sus habilidades con el hula hoop. Ya sabe, ese juguete en forma de aro que pretende fomentar la actividad y movilidad física, pero que en realidad lo que hace es dislocar las vértebras, reventar los riñones y, en el mejor de los casos, dejarnos en ridículo al no conseguir que el dichoso aro gire más de vuelta y media alrededor de la cintura. (En este último caso, tan decepcionante como bochornoso, siente uno la sensación de que se le cayeron los pantalones hasta el suelo).

Si por el contrario pertenece usted al grupo de personas sensatas que lo único que se pone alrededor de la cintura es el cinturón y que prefiere hacer un tipo de gimnasia menos violenta y más controlada, nosotros tampoco le vamos a hacer pasar por el aro, pero sí le vamos a contar algunas cosas que seguramente usted ignora sobre el hula hoop.

Por ejemplo, ¿sabía usted que desde tiempos inmemoriales los niños y los adultos (de mentalidad infantil) han jugado con aros consiguiendo toda suerte de habilidades?

Al principio los aros, más o menos perfectos pero siempre redondos como su propia forma indica, se fabricaban con materiales rústicos y sencillos como ramas y hierbas. Los aros egipcios son los primeros de los que se tienen noticias, según representaciones gráficas que datan de más de 3000 años. ¿Cómo los manejaban? Pues no se sabe a ciencia cierta pero muy posiblemente ayudándose de un palito y haciéndolos rodar manteniendo siempre la postura de perfil tan típicamente egipcia… ¿Y para qué? Tal vez para entretenimiento y solaz de los faraones o como parte de las ceremonias que ofrecían a muchos dioses. ¡Vaya usted a saber!

Lo que sí se sabe es que en la antigua Grecia los galenos y preparadores físicos recomendaban su uso para adelgazar y perder peso, ya que los griegos le rendían un verdadero culto al cuerpo y lo mantenían gracias a la práctica del deporte, que tenía su máximo exponente en las olimpíadas (¿quién sabe si el manejo del aro llegó a ser un deporte olímpico y de ahí los aros o anillos del anagrama de las olimpíadas). No parece muy verosímil, o al menos resulta chocante imaginarse a un superatleta griego en competición contoneando sus caderas afeminadamente como una gogó haciendo girar el aro hasta conseguir batir un récord.

En el siglo XIV el hooping llegó a ser muy popular en Inglaterra y los aros giraron enloquecidamente movidos por las británicas cinturas hasta que los médicos desaconsejaron aquella práctica. Según su criterio producía dislocaciones de la columna vertebral y hasta ataques al corazón. Los más puritanos llegaron a pedir su prohibición alegando que los movimientos exhibidos en su práctica resultaban sicalípticos y provocativos, muy especialmente cuando quien lo hacía era una dama.

La palabra hula es añadida a comienzos del siglo XVIII con ocasión de la visita que unos marineros hicieron a Hawái. Estos advirtieron la



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